En las sociedades industrializadas, las mujeres embarazadas que sufren alergias pueden prevenir que su hijo sufra dermatitis atópica durante el primer año de vida si toman un gramo de ácidos grasos de aceite de pescado al día en la segunda mitad del embarazo.
Un ensayo, en el que se estudió la influencia de ácidos grasos de aceite de pescado en la depresión posparto, encontró que este suplemento también reducía el porcentaje de niños con eccema atópico en un 36% y la probabilidad de sensibilidad y alergia al huevo en un 38% y en un 50%, respectivamente.
El aceite de pescado es muy rico en ácidos grasos Omega 3 que son fundamentales para el desarrollo de un sistema inmunológico sano en el feto. Los nutrientes, como el aceite de pescado, atraviesan la placenta, ayudando al feto a desarrollarse y a crecer de forma saludable. Cuando el bebé no obtiene las suficientes cantidades de Omega 3 a partir de la dieta materna, él mismo deberá tomarlos de sus propios tejidos.
Algunos investigadores mantienen que las reservas de Omega 3 del organismo se localizan en el cerebro, lo que podría producir una pérdida de hasta un 3% de las células cerebrales del feto con consecuencias para su salud y su desarrollo.
Para finalizar la comida es aconsejable optar por la fruta, que aporta fibra, vitaminas y minerales; o un lácteo, que aporta calcio y proteínas, y solo de forma ocasional, algún tipo de dulce como tartas o chocolates. Hay personas que optan por tomar un café, sin embargo su consumo debe ser moderado, por lo que si durante el día se ha ingerido en exceso es mejor optar por algún tipo de infusión.
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