La industria textil puede colaborar en el manejo de la dermatitis atópica ya que su investigación constante ha conseguido integrar en las fibras de los tejidos componentes con propiedades calmantes y antisépticas. Estos nuevos tejidos tienen también la ventaja de ser lavables sin que se alteren sus propiedades, y previenen y atenúan el prurito y las reacciones inflamatorias en las pieles sensibles. Los nuevos tejidos incorporan a su composición algas marinas y sales de plata que mantienen la piel sin infecciones que compliquen el eccema.
Son tejidos, casi milagrosos, que encuentran su principal obstáculo en las dificultades inherentes a su industrialización rentable, siendo un producto novedoso y de alta tecnología que necesita de todo un aparato de marketing activo para su difusión.
Camisetas, medias, ropa íntima, calcetines, pijamas, entre otros, son un ejemplo de las actuales aplicaciones prácticas de este tejido que impide las infecciones y promete reducir la dermatitis en ocho días. Dicho tejido, que no tiene tintes, facilita la eliminación de las bacterias y los olores y ayuda a regenerar la piel. Sus creadores han bautizado esta maravilla con el nombre skintoskin y han firmado un acuerdo de colaboración con el Centro de Innovación y Tecnología del Textil en Andalucía (CITTA) para ampliar sus investigaciones. Por el momento, ya se cuenta con esta segunda piel que está teniendo una buena acogida en la industria.
Además, es un tejido muy práctico pues no necesita de cuidados especiales. Para lavar basta con girar la prenda del revés y proceder como con el resto de la ropa, utilizando cualquier detergente y método de lavado habitual.
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