La Dermatitis Atópica (DA) y el resto de enfermedades
que se agrupan dentro del término de atopia se han
ido incrementando en el mundo occidental en las últimas
décadas, no habiéndose aclarado totalmente hasta
la fecha las causas que las producen. Actualmente no hay duda
acerca del componente hereditario de las mismas, pero sin
embargo también hay factores ambientales que pueden
ser de gran importancia para su manifestación clínica.
Uno de estos factores, que actualmente están siendo
estudiados, es la posesión de animales de compañía
y el posible papel que pueden jugar en el desarrollo o no
de manifestaciones de atopia.
En varios estudios realizados en niños desde el nacimiento,
se ha observado que aquellos que viven en casas con perro
o gato durante el primer año de vida posteriormente
desarrollan en menor grado la dermatitis atópica y
otras manifestaciones de atopia. En estos estudios se han
observado niños con o sin antecedentes en la familia
de esta enfermedad, no encontrándose diferencias (es
decir, observando un efecto beneficioso tanto en las que había
antecedentes como en las que no). Sin embargo, no todos los
autores están de acuerdo, y algunos opinan que el contacto
estrecho con animales de compañía puede favorecer
el desencadenamiento y agravamiento de rinitis, asma y DA.
De esta forma, muchas familias con antecedentes de enfermedades
alérgicas han evitado el contacto estrecho con los
animales de pelo tipo perro o gato.
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